Ni aquí, ni allá...

 “Leo para olvidar que no estas aquí y que te extraño. Pero leyendo descubro, sin extrañarme, que el olvido está lleno de memoria.”

Mario Benedetti.


No se quedó. Pero tampoco termina de irse. Estar en ese limbo me está matando. 

No es fácil decir adiós. El camino a veces se me hace cuesta arriba. 

Pero cada vez falta menos para dejarlo atrás. Siento que pronto llegará el día. 

La vida es muy corta y tengo que seguir adelante. 

He insisto: por favor, no hagas que alguien se enamore de ti, si tú no estás en capacidad de corresponder. Por las razones que sean. 

Cuesta sangre, sudor y lágrimas aceptar el hecho que se acabó algo que solo estaba en tu mente. Y más, de la noche a la mañana. De golpe.

Que te dejen con el corazón en la mano, mirando para todos lados, sin saber qué hacer y qué pasó; es terriblemente doloroso. Por más fuerte que creas ser, eso te rompe el alma.

Sean buenas personas. Sean las razones para sonreír de alguien.

No el motivo de sus lágrimas.


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