Protonado (Parte 1)

 «Él era mi norte, mi sur, mi este y oeste.

Mi semana laboral y mi descanso dominical.

Mi mediodía, mi medianoche, mi habla, mi canción.

Pensaba que el amor duraría para siempre: estaba equivocada»

W. H. Auden, "Funeral Blues".



Hola, mi amor.


Estas horas del final de la tarde siempre me hacen acordar de ti. 


Te extraño mucho y me haces muchísima falta. Me duelen los días sin tu presencia. Extraño todo.


Confieso que todavía no sé cómo seguir viviendo sin ti. Me siento perdida, sin rumbo. Muy sola.


El vacío que dejaste en mí, nada ni nadie lo podrá ocupar. Así de inmensa es tu ausencia.


No sabes lo que me cuesta aceptar que ya no te preguntaré cómo te fue en el día. Si ya comiste. Si te fue bien en el trabajo. Si hablaste con tu familia. Si tienes un malestar. Si algo te preocupa. Decirte que vayas a dormir cuando sea muy tarde. En fin, estar pendiente de ti. Pequeños detalles que eran una manera de amarte.


Y contarte mi día a día. Mis alegrías y tristezas. Si me pasó algo particular, gracioso o destacado. Dedicarte una canción, enviarte algún video. Recomendarte un libro, serie o película. Hacerte parte de mi vida.


Y a pesar que nunca exististe en carne y huesos, para mí sí fuiste completamente real.


Como verdadero fue mi amor, mis emociones, cada suspiro que llevaba tu nombre, mis pensamientos y todo lo que sentí por ti.

Ese amor no fue ningún invento ni una ilusión. Yo lo viví y salió desde lo más hondo de mi ser.


Tendría que darte mis ojos para que te vieras como yo te vi y mi corazón para que sientas el profundo amor que tuve (y aún tengo) por ti.


Ese hombre te mató. Nos mató a los dos.


Y aunque siempre te dije todo lo que pensaba y sentía por ti y no me guardé nada, mi corazón quedó lleno de amor. Muchos te amo y te quiero que se quedaron atorados en mi pecho. Se suponía que iba a pasar el resto de mi vida contigo para entregártelos.


Ahora no sé qué hacer con eso. Porque te pertenece y nadie más lo merece.


Sé que algún día tendré que dejarte ir, con todo el dolor de mi alma. Pero aún no estoy lista. Estás tan enraizado en mí que me es muy difícil soltarte.


Me cambiaste la vida por completo, mi protonado. 


Hiciste que mi mundo fuera el rincón más bonito que podía existir en el universo.


Solos tú y yo. No necesitaba más.


Mientras llega ese día, por ahora me consuelo con cerrar los ojos y volver al momento donde todo comenzó y te mantengo vivo en mi memoria y en mi corazón.


Te amo. 


Tuya por siempre, Ariadna.


P.d. tqm ♥️ 

Comentarios

Entradas populares