De repente

“La tristeza no tiene fin. Nunca se cura por completo, solo aprendemos a vivir con ella”

Haruki Murakami.


Lo que tanto temía, e hice todos los esfuerzos por evitarlo, al fin ocurrió. 
No pude eludir llorar en una tienda. 
Me sentí tan incapaz, tan derrotada. Cómo si tantas terapias y dedicación las últimas semanas fueron en vano. 
Una canción disparó todo. «Wish you were here» de Pink Floyd fue la responsable.
Estaba tranquila, y con los primeros acordes, se me hizo un nudo en la garganta. Y ya las lágrimas comenzaron a salir. 
Tengo que acostumbrarme, los recuerdos van a llegar sin previo aviso, en cualquier lugar y a cualquier hora.
Qué difícil se me ha vuelto la vida...

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