Ausencia
“La ausencia de quien amamos es peor que la muerte y frustra la esperanza de forma más severa que la desesperanza”
William Cowper.
Después de la muerte de mis padres entendí todo lo que me estuvieron enseñando cuando era niña.
Cosas que yo veía sin sentido. En mi mente siempre estaba la idea que ellos eran eternos y no tenía necesidad de aprender esas cosas.
Mi papá con cosas del carro y mecánica y mi mamá con la comida y otros trabajos en casa, por ejemplo.
Me estaban preparando para sus ausencias.
A valerme por mi misma, sin depender de nadie.
Yo sé que puedo sola. Y los últimos años he salido adelante sola.
Pero también quiero que me pregunten cómo estuvo mi día al llegar a casa.
Recibir un abrazo y un beso de un ser querido antes de dormir o antes de salir en las mañanas.
No sentirme tan desamparada.
La soledad es difícil. Hay que saberla manejar.
Yo la disfruto. Pero me gustaría tener compañía. La vida es muy dura. Por más que estemos o creamos que estamos preparados para enfrentarla, tener alguien al lado que te apoye es un tremendo beneficio.
Rol que cumplía mi protonado.
Por eso me hace tanta falta. Me había acostumbrado a su presencia.
Hoy lo he extrañado. Me he sentido muy sola. Hoy la vida me pesó más que ayer.
Contarle lo que me pasó.
El que no esté todavía me duele.
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